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MUNDO | 29-06-2017 17:05

El fantasma del nazismo conspira en contra de Angela Merkel

La canciller quiere "un ejército alemán fuerte capaz de enfrentar una responsabilidad internacional" pero los alemanes se oponen.

Con el presidente ruso Vladimir Putin operando para ganar influencia en Europa del este; con los conflictos en Asia y Medio Oriente provocando una ola de migración hacia Europa; y con el presidente estadounidense Donald Trump reticente a seguir operando con la OTAN, Alemania tiene razones de sobra para verse en la necesidad de armarse para un conflicto. "Debemos luchar por nuestro futuro nosotros mismos como europeos", dijo la canciller alemana Angela Merkel en mayo prometiendo incrementar el gasto de defensa.

Tropa propia

La canciller quiere "un ejército alemán fuerte capaz de enfrentar una responsabilidad internacional". Pero el principal problema que enfrenta para construirlo es que la mayoría de los alemanes se muestran renuentes. Perseguidos aún por su pasado bélico, miran con sospecha a sus fuerzas armadas. Por eso la primer medida de la ministra de Defensa Ursula von der Leyen, para atender la defensa del propio territorio, ha sido desatender el conflicto turco y retirar las tropas que le había “prestado” a la OTAN (tropas alemanas también están desplegadas desde Lituania hasta Afganistán y Mali). Pero es un paliativo momentáneo.

Alemania, que clausuró hace años la conscripción obligatoria para concentrarse en la formación de un ejército moderno, especializado y más pequeño, se ve ahora en la necesidad de recorrer un camino opuesto. Pero con el reclutamiento vienen los problemas. El fantasma del nazismo cobra fuerza cuando un tercio de las nuevas tropas viene de los ex territorios de la Alemania Oriental, donde el discurso fascista -combatido tras la postguerra- hibernó bajo el totalitarismo soviético.

El otro gran problema es la falta de presupuesto, y la necesidad de pasar por el Parlamento (para lo que serán claves las elecciones de septiembre) para conseguir más dinero. “Alemania actualmente gasta sólo 1,2% de su PIB en defensa. Tenemos un déficit comercial masivo porque pagan mucho menos de lo que deberían a la OTAN", tuiteó el presidente Trump hace un mes tras la reunión con Merkel. Y filtró un informe secreto que ponía a los alemanes en ridículo: en 2014, durante un ejercicio militar de la OTAN, sus soldados usaron palos pintados de negros porque no les alcanzaban las ametralladoras. Hecho vergonzoso que los generales negaron, pero habilitó a Merkel para gestionar más fondos.

Sombra nazi

Volviendo al tema ideológico, en el ejército alemán sobreviven vestigios de su oscuro pasado. Un gran caudal de sus reclutas provienen de la antigua Alemania Oriental, y el saludo fascista "Sieg heil" se sigue usando en algunas unidades. Un informe reciente encargado por la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, da cuenta de unos 280 casos relacionados con la presencia de elementos de extrema derecha dentro de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas de Alemania). Este número de expedientes representa una minoría dentro de una fuerza de casi 180.000 miembros, pero es una preocupación para Merkel, ya que la cifra ha crecido muchos entre 2016 y lo que va de 2017.

La canciller teme un resurgimiento extremista que la desestabilice: Von der Leyen descubrió un complot "terrorista" para ajecutar un ataque que pareciera haber sido perpetrado por un refugiado registrado, y así "contribuir a la sensación general de amenaza". El caso llevó a la fiscalía a acusar a un oficial del ejército, identificado únicamente como Franco A., de hacerse pasar por un refugiado sirio y registrarse como tal, con la intención de realizar un atentado contra destacados políticos alemanes conocidos por sus posturas liberales hacia los refugiados.

Los investigadores buscan saber ahora si el oficial tenía vínculos con el candidato populista y opositor en las próximas elecciones, Martin Schulz. Su Partido Alternativa para Alemania, ha logrado una racha de victorias electorales regionales.

Terrorismo

Según señala a NOTICIAS Claudia Major, experta en política de defensa del Instituto Alemán para Política Internacional y Seguridad (SWP, por sus siglas alemanas), “son personas aisladas con ideas de extrema derecha que quieren pasar a la acción”. Pero Hans Kundnani, investigador del Marshall Fund de Alemania, advierte que el problema concreto es que muchos de estos elementos radicales provienen de la vieja Alemania Oriental, que es apenas una quinta parte del país, pero aporta una tercera parte de los reclutas a las Fuerzas Armadas.

"Los alemanes orientales están desproporcionadamente representados en la Bundeswehr, y eso es obviamente significativo porque dentro de la antigua República Democrática de Alemania, el neo nazismo es un problema mayor", comenta Kundnani.

Para Carsten Koschmieder, politólogo de la Universidad Libre de Berlín, el mayor problema es que “la relación de confianza entre la ministra y el Ejército ha quedado dañada”. Pero no duda que  Von der Leyen cumple órdenes de Merkel, y que esta pretende, después de las elecciones de fines de septiembre, hacer una purga en la Fuerza.

“La amenaza del terrorismo de extrema derecha es grande, la importancia del tema también. Todos los días se ataca un hogar de refugiados en Alemania. Y es bastante claro que estos casos no son aislados, hay redes, conexiones con extremistas fuera de las fuerzas armadas, que buscan algún rédito político”, marca  Koschmieder.

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